Cannabis
El cannabis es una planta (Cannabis sativa) y sus efectos psicoactivos son debidos a uno de sus principios activos: el tetrahidrocannabiol (THC). Es un depresor del sistema nervioso central, a la vez que tiene un efecto alucinógeno o psicodélico. Los derivados más consumidos son la marihuana (preparado seco y triturado de flores, hojas y pequeños troncos de la planta, que se fuma solo o mezclado con tabaco) y el hachís, que es un preparado obtenido a partir del exudado resinoso de la planta y que se consume mezclado con tabaco. El hachís es la forma más consumida en España. Se presenta en trozos de 0.5-2 g (talego, china). Contiene un 10-20% de THC, concentración superior a la de la marihuana, por lo que su toxicidad es mayor.
Efectos
Efectos inmediatos: aparecen entre 10 y 30 minutos tras haber empezado a fumar, y se caracterizan inicialmente por sensación de relajación, verborrea e hilaridad, desinhibición, euforia. Posteriormente aparecen alucinosis de tipo visual (rayos de luz, figuras geométricas), aumento de la sensibilidad a los estímulos externos (colores, sabores, texturas y sonidos se perciben más intensamente), pensamientos de contenido metafísico o filosófico y fantasías. En esta fase hay también una disminución del juicio crítico, con un aumento de la agresividad, a la vez que se observa una disminución de la capacidad de concentración y un aumento de la descoordinación motora (conducir bajo los efectos del cannabis tiene el mismo riesgo de accidente o más que hacerlo bajo los efectos del alcohol). A nivel físico aparece sequedad de boca, ojos brillantes y enrojecidos, taquicardia, sudoración y deseo intenso de comer acompañado de la sensación de tener el estómago vacío. Pasadas de una a cuatro horas, aparece cansancio y somnolencia intensa.
La intoxicación aguda por cannabis puede producir crisis de angustia, ataques de pánico, psicosis cannábica con ideación paranoide y alucinosis, así como disminución del nivel de conciencia.
Síndrome de abstinencia
Insomnio, inquietud e irritabilidad; aumento de las conductas agresivas inespecíficas.
Marihuana (hierba, maría, grifa), hachís (chocolate, costo, pasto, goma, porro, canuto, petardo/peta).
Consumo crónico
El uso continuado de cannabis provoca alteraciones de las funciones cognitivas (disminución de la atención y del rendimiento intelectual), pérdida de memoria operativa (corto plazo) que afecta a la capacidad de planificación, comprensión y razonamiento; síndrome amotivacional (apatía, desinterés, incapacidad para desarrollar planes de futuro, empobrecimiento afectivo en que predomina la indiferencia sobre la tristeza, abandono del cuidado personal, estado abúlico); aumento de la irritabilidad y de la agresividad; alteraciones sensoriales perceptivas y del pensamiento (aparece sintomatología psicótica, lentamente la persona se vuelve muy suspicaz, desconfiada y hostil, con alucinaciones auditivas, visuales y táctiles, creencia de que le leen el pensamiento, le introducen pensamientos, o de que los pensamientos se escapan); síndrome de flashback (aparición de un estado de conciencia alterado parecido al del periodo de consumo sin que haya habido consumo).
A nivel físico se observa: tos crónica, bronquitis crónica, rinosinusitis crónica, empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares en los consumidores que las padecen, alteración de las hormonas responsables del sistema reproductor y de la maduración sexual, disminución del número y la movilidad de los espermatozoides. Se discute la reducción de la actividad del sistema inmunitario.
A nivell físic s’observa: tos crònica, bronquitis crònica, rinosinusitis crònica, empitjorament de les malalties cardiovasculars en els consumidors que les pateixen, alteració de les hormones responsables del sistema reproductor i de la maduració sexual, disminució del nombre i la mobilitat dels espermatozoides . Es discuteix la reducció de l’activitat del sistema immunitari.
Cannabis y adolescencia
El consumo de cannabinoides a largo plazo es particularmente sensible en los adolescentes durante la pubertad, porque su uso provoca trastornos del comportamiento, trastornos del ánimo, aparición de trastornos mentales severos, déficit de atención o hiperactividad y dependencia de la sustancia. Puede preceder el uso de otras drogas de abuso, y aunque su consumo no es necesariamente un factor predictor de la progresión al consumo de otras drogas, los adolescentes que consumen marihuana tienen 104 veces más probabilidades de consumir cocaína que los que no han consumido (Comité de la Academia Americana de Pediatría, 1999).
Es una droga ilegal. En España se está estudiando la posibilidad de usar cannabinoides en terapéutica médica.