Cocaína

La cocaína es una droga que se extrae de un arbusto que crece en Suramérica, denominado Eritroxilon torta. Pertenece a la familia de drogas estimulantes, puesto que actúa sobre el sistema nervioso central, activándolo. La cocaína que se consume en la calle es clorhidrato de cocaína. Se puede consumir en forma de polvo blanco, esnifada o inyectada, y en forma de pequeños cristales, crack o cocaína base, fumados.

Efectos

Los efectos buscados son la euforia con aumento de la autoconfianza y la sensación de estar en forma, puesto que la cocaína inhibe la sensación de fatiga, hambre y sueño. Una vez desaparece el efecto de la cocaína aparece un estado denominado postcocaínico, bajada o crash, en que hay inquietud, nerviosismo, apatía, decaimiento, sensación de vacío interior, tristeza.

La cocaína puede provocar episodios de intoxicación aguda, que son más intensos y más peligrosos si es inyectada o fumada. Los más frecuentes son: crisis convulsivas, arritmias cardiacas, infartos de miocardio, hemorragias cerebrales, pulmón de crack, estados maníacos, crisis de pánico, trastornos psicóticos con ideación paranoide, alucinaciones táctiles (piel recorrida por insectos), alteración de la capacidad de juicio que se asocia con comportamientos agresivos y violentos y con conductas temerarias (por ejemplo, conducción de riesgo), alteración de la conciencia y coma. La dosis letal de cocaína es entre 0,5 y 1,5 g (cada raya tiene de 15 a 25 mg).

La cocaína es una sustancia muy adictiva por su potente efecto energético seguido de una rápida bajada (fase de crash de 9 horas a 4 días tras el consumo), que hace que el individuo necesite imperiosamente (craving) tomar más.

Síndrome de abstinencia

Anorexia, agitación, fatiga, alteración del patrón de sueño, estado depresivo, incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades, falta de energía, intenso craving (entre 1 y 10 semanas), lo que provoca el mantenimiento del consumo.

Argot:

Coca, perico, pasta, Blancanieves, polvo blanco, nieve, farlopa, farla, blanca, dama blanca, reina blanca, polvo feliz, polvo de las estrellas, base, crack, rock.

Consumo crónico

Los consumidores crónicos de cocaína se sienten seguros, puesto que una vez superada la fase de crash inmediata, y si no ha habido problemas de intoxicación aguda, no parece que la droga les afecte. Es el denominado “silencio clínico”, que sirve para justificar el mantenimiento del consumo y consolidar la idea de control sobre la droga que muchos cocainómanos tienen.

Sin embargo, se van produciendo una serie de cambios en el estado de ánimo, que se caracterizan por un progresivo incremento de la irritabilidad y de las ideas y comportamientos paranoicos, lo que aumenta el riesgo de agresiones y accidentes de tráfico o laborales, episodios de ansiedad, depresión matinal, alteraciones de las capacidades cognitivas, confusión mental y pérdida de la coordinación motora. Todas estas alteraciones causan problemas sociales cada vez más importantes, afectando a la esfera familiar y laboral del adicto.

El consumo crónico de cocaína puede inducir trastornos mentales severos como esquizofrenia paranoide, episodios maniacodepresivos y crisis de pánico. Las complicaciones somáticas por el consumo crónico de cocaína son: pérdidas importantes de peso, rinitis, perforación del tabique nasal, infarto de miocardio, hipertensión y hemorragia cerebral.