Familia
Los jóvenes se acercan al mundo de las drogas a edades cada vez más trempranas. El cannabis y el alcohol son las drogas de iniciación al consumo. Muy a menudo se mezclan varias sustancias (policonsumo), casi siempre en situaciones de ocio.
¿Qué causas explican esta nueva situación?
La adolescencia es en sí misma un periodo de cambios físicos, cognitivos y psicológicos que provocan muchas incertidumbres y ansiedades, así como cambios de humor. Es un periodo en el que se busca crear la propia identidad.
Durante estos años, hay que aprender a asumir decisiones propias, nuevos compromisos y en definitiva ganar en experiencia y con ella conseguir independencia.
Ello comporta un cierre de los jóvenes en sí mismos, buscando la seguridad y una identidad a través de la aprobación social sobre todo de los compañeros (se pueden cuestionar ciertos principios sociales, morales y/o éticos establecidos, sobre todo de los padres), y con las primeras relaciones afectivas/sexuales. A la vez se necesita mantener los vínculos de dependencia con los padres porque aportan seguridad. Por todo ello, esta es una etapa complicada y con muchas ambivalencias emocionales.
Por otra parte una de las características de los jóvenes es que no saben valorar la relación que hay entre las acciones de hoy y las consecuencias del mañana, y de poco les sirve la experiencia de los padres. Además puede haber una tendencia a sentirse indestructible e invulnerable. Este periodo es el momento en que la mayoría de jóvenes empiezan a experimentar con las drogas.
Además la sociedad no tiene suficiente conciencia del riesgo de la adicción, y a menudo se puede detectar un nivel de permisividad nada justificado. Una “borrachera” se ve socialmente como una situación de menor riesgo (excepto tal vez en la “mezcla de alcohol y volante”) que el consumo de otras substancias, sobre todo ilegales. El consumo de cannabis también se percibe como menos peligroso que la cocaína u otras substancias.
Sin embargo, hay que recordar que todas las adicciones han empezado con algún nivel de tolerancia, y casi en todas hay presencia de substancias legales.
También sería bueno interrogarse sobre qué cambios han aparecido en nuestra cultura que pueden estar influyendo en el aumento del uso de drogas. Pese a que es necesario un análisis mas complejo para profundizar en este tema podríamos citar como factores observables, entre otros: la incapacidad de tolerar la frustración, la búsqueda constante del placer aunque sea efímero y superficial, la falta de motivación por cualquier actividad que no sea estar en constante movimiento, no dejar espacio para un “aburrimiento” que permita la reflexión y la búsqueda de las propias necesidades e intereses, valorar más lo que se tiene que lo que uno es, dar más importancia a la apariencia física que a los valores de la persona o la falta de solidaridad.
¿Todos los jóvenes que consumen serán adictos?
No necesariamente. Se pueden distinguir cuatro tipos de comportamiento de consumo.
Uso
Es un consumo aislado, ocasional, sin tolerancia ni dependencia. El riesgo de adicción es menor, pero no se puede olvidar que el consumo aislado de alguna sustancia, por sus propios efectos, puede determinar situaciones de riesgo incluso grave; ni tampoco que todas las adicciones han empezado en este estadio.
Hábito
És el consum regular d’una substància per haver-nos adaptat als seus efectes. Hi ha desig de repetir, però no de forma imperiosa. No hi ha trastorns físics ni psicològics quan no s’aconsegueix, i mai no significa un trastorn de conducta. Seria una situació comparable a la relació amb el cafè, te, etc.
Abuso
Es el consumo de sustancias que pueden afectar física, psíquica y socialmente la evolución de la persona y de su entorno. Se trata de un uso inadecuado con respecto a la cantidad, la frecuencia o la finalidad.
Drogodependencia
Es un estado de intoxicación crónica producida por el consumo repetido de una substancia y que se caracteriza por el deseo incontrolado de continuar tomando droga y obtenerla por cualquier medio. Presenta tendencia a incrementar la dosis (tolerancia), dependencia física y generalmente psicológica, con síndrome de abstinencia por retirada de droga, y efectos muy nocivos para el individuo y en su entorno sociolaboral. La OMS ha definido la drogodependencia como una enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas que pueden hacer sospechar que un hijo consume drogas?
- Cambios en su rendimiento escolar.
- Cambios manifiestos y sostenidos de humor y sociabilidad (encerrado en sí mismo, poco comunicativo, distante, triste, cansado).
- Cambios evidentes y continuados del comportamiento (hostil, poco cooperador).
- Pérdida de interés por sus aficiones y actividades preferidas, sin presencia de alternativas.
- Pérdida de interés por su aspecto y abandono de la higiene personal.
- Cambios persistentes en sus pautas de sueño y de alimentación.
- Gasto inmediato y sin justificación del dinero de que dispone.
¿Qué podéis hacer si pensáis que un hijo puede estar consumiendo?
Antes que nada, hay que tener en cuenta que muchos de estos síntomas pueden estar relacionados con alguna otra enfermedad física o psíquica. Pedid ayuda a su médico de cabecera para poder descartar estos otros problemas.
Si los signos de vuestro hijo son evidentes de consumo no os desesperéis. No todos los jóvenes que se inician en el consumo de drogas serán adictos.
- Hay que evitar los sentimientos de rabia, resentimiento, culpa y el de fracaso como padres, que no conducen a ninguna parte. Buscad con serenidad la ayuda necesaria para que pueda dejar de consumir.
- No lo persigáis, obsesionados en seguir todo lo que hace, ni lo abordéis constantemente con preguntas, sospechas y acusaciones.
- No critiquéis continuamente y de forma agresiva su comportamiento.
- No le echéis en cara todo lo que habéis hecho por él, culpándolo de su comportamiento.
- No os desentendáis de él y continuad prestándole atención.
- No utilicéis el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo.
- Procurad continuar mostrándole afecto, pese a lo que hace.
- Procurad entender que estáis delante de una persona que tiene problemas y no delante de un problema.
- Los padres debéis procurar estar de acuerdo entre vosotros en relación con este tema. No puede haber mensajes ambivalentes.